La mayoría de marcas que demostraron ser exitosas en el siglo XX están destinadas a fracasar en el siglo XXI, a no ser que implementen un nuevo modelo de negocios, y esto solo se logra con un pensamiento divergente, propositivo e innovador.

Para garantizar la superviviencia de un negocio que ha sido exitoso o que por el contrario, no va muy bien, es necesario tener unos directivos y empleados con un pensamiento divergente. Pues si bien lo dice Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, ser disruptivo e innovador es la mejor manera de mantenerse vivo en el mercado.
En estos tiempos, en los que debemos estar en confinamiento, el trabajo remoto o teletrabajo se ha impuesto de una manera rotunda; unos ya venían preparados y a otros, les ha tocado adaptarse a la fuerza. Por estos meses, el pensamiento divergente es una de las habilidades que más se caracteriza por la capacidad de generar múltiples y creativas soluciones a esta pandemia que estamos enfrentando.
El Smart working o “trabajo inteligente” es una modalidad implementada en empresas de España y que les ha traido múltiples beneficios, pues tiene impactos disruptivos que van mucho más allá de las ganancias de eficiencia en la empresa y afectan a la organización de los procesos, la esfera social y la sostenibilidad.
En este artículo de Directivos y Empresas conozca más detalles de este modelo y los beneficios que garantiza a los diferentes públicos de una organización.